Pues si, es fácil decir que todos tenemos amigos. ¿Pero cuantos quedan hay en esos momentos necesarios?. No todos tenemos la suerte de encontrar alguien así, y esta vez puedo asegurar que me siento afortunada de ser una de las pocas personas que tiene alguien que merece la pena a su lado las 24 horas. Si, eres tu, mi 'Anabotieso', esa niña que me mete gritos sin importarle donde estemos, esa niña que es capaz de tirarse encima como una cosaca cuando le enseño nuevas palabras 'Mala pécora', esa niña que con mirarme la cara sabe que es lo que necesito, que sin decirle nada se acerca hacia mi para ayudarme por que sabe que estoy mal, esa niña que me empuja con todas sus ganas y me tira de la silla, esa niña con las que puedo pasar horas y horas hablando sin quedarme sin nada que decir y con la que acabo con un gran dolor de barriga de reír y reír. Pues ella me a enseñado que también se puede llorar de alegría. Es aquella con la que puedo tener miles de vídeos inútiles, con la que puedo contar para lo que sea, pues me acompaña a donde necesite, me mima como nadie, y grita y empuja igual. Es aquella que no se queja por que la levante a las una de la mañana por que quiero un bocata de jamón, le eche tres kilos y medio y deje la mitad encima de la mesa, aquella con la intento dormir pero vuelvo a reírme con el simple silencio. Y es que poca gente merece la pena con la que estar, con poca gente estarás toda tu vida, con poca gente podrás contar cuando solo tengas ganas de llorar, y no me cansaré de decirte gracias por estar junto a mi cuando te e necesitado, cuando te e pedido un favor tras otro, o cuando simplemente me e enfadado conmigo misma. Gracias por cada minuto que me has ofrecido de tu vida, gracias. Solo puedo decirte que eres demasiado importante para mi, que cada grito significa un 'te aprecio', cada golpe tonto un 'te necesito' y cada pelea estúpida un 'te quiero'.
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